Yo era una brasa
de Roberto Echavarren en NarrativaDedicada a “la perla negra del tango”, Lágrima Ríos, esta novela de intenso poder evocador trasciende cualquier género. Narrada en forma de autobiografía o entrevista, es la conjugación perfecta entre literatura y libertad. La intérprete asociada al candombe, pero que cantó boleros, blues e improvisaciones memorables, cuenta una historia desfachatada y sin moralinas. Autenticidad, sabiduría y humildad dan un halo a la figura popular afrouruguaya, que con su espíritu carnavalero y señorial pasea campante desde conventillos de Montevideo a Europa. Casi como en un sueño y un tropel sensorial y de remembranzas, la protagonista aspira a dejar una huella de su paso por el mundo, donde lo que importa es lo que sintió y lo que materializó, su permanente vivir en el presente, pensando que todo va a cambiar mañana… Juega a ser mujer, siempre a punto de ser rozada con la punta de los dedos al borde del sexo, sabiendo en el fondo que no es de ninguno, y de varios a la vez. Una dama vivaz cuya virilidad explota en su camino entre clases sociales, farándula citadina y personajes campesinos, equilibra lo verídico y lo fantástico, sin proponérselo, entre intelectuales e ignorantes, embajadores y peones rurales.