- Fecha de publicación:
11 de julio 2011 - Peso: 350 gramos.
- Tamaño: 15x24 cm.
- Paginas: 136
- ISBN: 978-9974-687-68-4
Pensamiento y utopía
de Ruben Tani en EnsayoEs imposible pensar con Ruben Tani, mi maestro, colega y compinche de tantos años. Pero es estrictamente necesario. Tani se enciende, asocia, va y viene de una hipótesis a otra, de un registro a otro, de una ontología a otra. Dispara mil ráfagas, luces, chispas y fuegos: detrás, silenciosamente, ha cambiado de chasis y de supuestos y pocos lo han advertido. Él puede ser platónico o sofista, cientificista, humanista dieciochesco, decontruccionista, frontalmente pragmatista y pragmático. Y no hay contradicción ahí, ni siquiera infidelidad. Pues muestra que la historia del pensamiento en Occidente no es sino ese común que no debe dejar de decirnos cosas, riéndose de si alguien los considera a la derecha o a la izquierda de Hegel, filósofos o literatos, revolucionarios o reformistas, nacionales o extranjeros.
Pero además de esta alegría y de este juego (cosa que no puedo dejar de agradecerle), Tani se propone (siempre se propuso) pensar. Y eso es lo raro, porque pensar tiene algo de irreductiblemente serio y hasta afectado. Además de gozar entre libros, textos y pensadores (cualquier poeta lúdico más o menos divertido o informado lo puede hacer), Tani tiene algo como una gran reserva de responsabilidad civil que liga conceptualmente textos y pensadores, que estira las líneas que los sostienen hasta vencerlas o romperlas, y, finalmente, que descubre o inventa su mejor voz, aquella que liga a la santa nómina (Kant, Hegel, Dilthey, y también los que están más cerca y más lejos, Rodó, Vaz Ferreira, Real de Azúa) con nuestro hic et nunc, esa voz que los explica, los justifica y les imprime cierto carácter de necesidad. Pensarlos es descubrir, detrás de esa voz, su lenguaje.
Esa es la gran enseñanza de Tani. Él parece moverse sin dificultad en esa línea de imposibilidad entre el juego y la crítica. Él inventa con alegría los modos de escribir y descubre al mismo tiempo los modos justos de la escritura, aquellos que son capaces de cierta verdad. Tani es ese punto paradojal que no deja de desconcertarme: aquello que dispara el pensamiento es su propia condición de imposibilidad.
(Sandino Núñez)